Él le dijo que quería vivir con
ella. Ella sabía que aquello significaba problemas, pero le dio lo mismo. Los
padres de él, no lo aceptaron, le dijeron que no querían volver a verle, que
estaba renegando de su raza. Ella no
tuvo mejor suerte, para sus padres lo peor que les podía pasar era emparentar
con gitanos, le dijeron que la maltrataría, que esa gente no era como ellos.
Olvidándose de todo se
marcharon juntos, eligieron su rumbo y lo diseñaron solo para ellos. Al poco tiempo nació mi hermana Julia; después trajeron a
Joseph, mi hermano africano; el tercero fue Yamir, el indio de la casa y, para
traerme a mí hicieron un largo viaje. Mi nombre es Meiling, vengo de China y vivo en la mejor familia.
Fotografía: Erik Johansson
¡Qué bonito! No importa de donde vengas ni cuales sean tus raíces sino con quien compartas tu vida. Cuantas más culturas aceptamos más crecemos como personas.
ResponderEliminarCierto. Al final eso es lo que somos y lo que nos enriquece. Experiencias, personas... Sabernos diferentes y a la vez tan iguales.
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