Ahora que nos contamos

Vivimos un momento único para el cuento. La blogosfera nos acerca y cada vez somos más los que participamos en esta vorágine de lecturas. Nos leemos y comentamos. Aquí encontrarás textos para la reflexión y mentiras, muchas mentiras adornadas de realidad...

También he querido hacer mi pequeño homenaje a esos autores a los que tanto debemos, su influencia pesa sobre nosotros y nos hace crecer.

Puedes participar con tus comentarios si lo deseas porque, ahora que nos contamos tantos cuentos..., es el momento.

Espero que el resultado valga la pena y que te sientas a gusto entre estas páginas.

7/5/14

Nunca es tarde





Me gusta verles, así, como tú lo haces ahora.

 Cada tarde los veo pasear cogidos de la mano. A menudo se regalan algún arrumaco. Se miran y sonríen. No dicen nada porque no tienen nada que decirse y, sin embargo, con su mirada se lo dicen todo. La magia todavía perdura. Suelo observarles en silencio, ensimismada en sus pequeños detalles tan sutiles como elocuentes. Dicen que son muy raros, ya no se ven casos así. Sorprende tanto verles que a su paso las miradas se suceden, envidiosas y letales algunas, cariñosas otras. Ellos inmunes a los demás continúan, pendientes tan solo de su deambular. A veces alguno suspira, es un suspiro intenso, lleno de gratitud, entonces el otro le aprieta un poco más la mano al tiempo que recuerdan y sienten, porque nunca han dejado de sentir. Cualquiera al verles imaginaría que llevan muchos años de complicidad, de compartir tantas cosas… Que no sabrían vivir el uno sin el otro. Pareciera que llevaran juntos toda una vida… Sin embargo, no es así, cada uno tiene sus propios recuerdos, su vida paralela.

Se conocieron hace ya muchos años, pero ninguno de los dos se sentía seguro de sí mismo, el temor a no ser correspondido no les dejó confesar lo que sentían hasta ahora, cuando ya ninguno tiene nada que perder, cuando han aprendido que solo pierde quien no lo intenta.  

Los veo alejarse con paso cansado pero decidido, sin importarles el mundo, con esa indiferencia que siempre debieron de tener y el espíritu de quien se sabe poseedor de un gran tesoro. Se pierden en el espacio que recorro con la mirada y me quedo pensativa.
 Siento como tú ahora, que algo dentro de mí ha cambiado.



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