Quiso ser más de lo que era y se sumó a
él. Al poco tiempo se dio cuenta de que no eran dos sino uno, cada uno una
mitad. Se había dividido. Quiso compensarlo y para ello se multiplicó
elevándose a su propia potencia y consiguió ser una fracción dentro de un
microcosmos. Con pequeños decimales sintió que estaba inmersa en demasiados
logaritmos para poder sobrevivir y esto hacía que las cuentas no
cuadraran. Al intentar solucionarlo comenzó a restar y se fue
quedando sola. Intentó, ahora más libre de ataduras reencontrarse con ella
misma. Pero… Entre tantas operaciones sintió que ya no podía ser más que un
número, había perdido su identidad.
Ahora que nos contamos
Vivimos un momento único para el cuento. La blogosfera nos acerca y cada vez somos más los que participamos en esta vorágine de lecturas. Nos leemos y comentamos. Aquí encontrarás textos para la reflexión y mentiras, muchas mentiras adornadas de realidad...
También he querido hacer mi pequeño homenaje a esos autores a los que tanto debemos, su influencia pesa sobre nosotros y nos hace crecer.
Puedes participar con tus comentarios si lo deseas porque, ahora que nos contamos tantos cuentos..., es el momento.
Espero que el resultado valga la pena y que te sientas a gusto entre estas páginas.
También he querido hacer mi pequeño homenaje a esos autores a los que tanto debemos, su influencia pesa sobre nosotros y nos hace crecer.
Puedes participar con tus comentarios si lo deseas porque, ahora que nos contamos tantos cuentos..., es el momento.
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Dedicado a todas las mujeres que dejaron de ser ellas para volcarse de pleno en sus familias. Abnegadas, renunciaron a sus deseos por los de los demás. Dónde quedaron sus ilusiones, dónde su yo más profundo… Dedicado a todas esas mujeres que después de los años no han sabido encontrarse y que ansían esa vida pasada porque es la única que han sabido vivir. Va por ellas mi más profundo ánimo, para que luchen por encontrarse porque solo es una etapa más de sus vidas. No la única.
ResponderEliminarGracias, Yolanda. Un regalo con sentido.
ResponderEliminarBesos, me gusta mucho.
Siempre se está a tiempo de ser uno mismo. Lo importante es darse cuenta de que has dejado de serlo. A la mujer se le ponen muchas cosas en contra, sobre todo si ha tenido hijos. La naturaleza confiere papeles y cuesta mucho romper las ataduras. En cualquier caso los actos de amor tienen su recompensa siempre. Aunque luego solo quede la memoria. A veces, también, el reconocimiento, pero todo es tan frágil, todo lo difumina el paso del tiempo. Por eso es importante escribir. Porque escribir deja una huella indeleble. Y nos permite encontrarnos con lo que éramos y con lo que somos. Queda guardado, por si la memoria falla. Además, nos ayuda a caminar, a aprender, a conocer.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo Emilio. La escritura como terapia es una dedicación fascinante y al mismo tiempo, una forma sublime de enriquecimiento.
ResponderEliminarEs un placer tenerte por aquí.